Las recetas y los procesos de preparación son ligeramente diferentes en cada país, pero la idea principal de calentar el azúcar con una pizca de bicarbonato de sodio es la misma. Esta deliciosa confitería es una mera celebración del azúcar en sí. El azúcar ha fundamentalmente cambiado el mundo. Por su producción y consumo en masa no solo nuestra dieta se ha vuelto más dulce, sino que el “oro blanco” ha tenido un gran impacto en la misma historia del continente americano. La palabra cotidiana “azúcar” se refiere a la sacarosa que se refina a partir de la caña de azúcar o la remolacha azucarera. El cultivo de caña de azúcar y el comercio mundial de azúcar han condicionado significativamente la economía mundial y el patrimonio cultural.
La “historia agridulce del azúcar” está entrelazada con la colonización del Sur Global y el comercio de esclavos en el Atlántico. El consumo de azúcar es tan obvio para nosotros, pero así no era el caso en Europa antes del siglo XVII. Durante la Edad Media, el azúcar era un producto de nicho y, por lo tanto, solo los más ricos podían comer azúcar de vez en cuando. Durante esos siglos el azúcar fue considerado como una especia y una medicina oriental única. A diferencia de Europa, el consumo de azúcar en Asia tiene una historia mucho más larga. El primer azúcar químicamente refinado apareció en la India hace aproximadamente 2500 años y luego se extendió hacia China, Persia y luego a la Europa mediterránea a través de comerciantes árabes. Aunque hoy en día el azúcar y los productos azucarados están lejos de ser lujosos o un símbolo de la explotación humana, siguen siendo controvertidos pero en un sentido muy diferente.
El azúcar ya no se considera un medicamento como lo fue en la Edad Media, pero es la principal causa de la obesidad como un problema de salud mundial. Comer demasiado azúcar es indudablemente poco saludable a pesar de que los dulces nos den placer. Depende de nosotros encontrar un equilibrio saludable entre evitar el azúcar por completo y comer una cantidad desproporcionada. La mejor manera de controlar nuestra ingesta de azúcar es hacer nuestras propias confiterías y evitar los productos de fábrica.
Para satisfacer nuestro antojo de azúcar, hacer esponja de caramelo es la forma más sencilla y tradicional. Como ya se mencionó, este dulce es parte de muchas cocinas diferentes. Entre las versiones ligeramente diferentes el karumeyaki, su versión japonesa, es el más sorprendente. Como todos sabemos, la cocina japonesa es famosa por sus técnicas precisas, alta calidad, ingredientes frescos y la pasión de los chefs.
A pesar de que hacer esponja de caramelo no requiere técnicas o equipos especiales, la versión japonesa tiene que ver con los detalles. El arte de hacer karumeyaki es una tradición muy importante del país. Este dulce es un elemento habitual de los festivales callejeros japoneses donde los vendedores ambulantes lo cocinan frente a los clientes. Los equipos especiales de los vendedores, tales como cucharones de cobre y morteros de madera, hacen que toda la escena sea una especie de experimento científico. Aunque ver al vendedor ambulante haciendo karumeyaki parezca mágico, en realidad es fácil hacerlo en casa. En una de nuestras anteriores publicaciones del blog compartimos nuestra receta favorita de karumeyaki con todos vosotros. Al seguirla podéis hacer vuestro increíble honeycomb toffee japonés. Comer dulces caseros es la mejor manera de mimarnos a nosotros mismos y a nuestra familia con algo especial.
Referencias